Levantad nombres que serán desmemoria,
soñad mitos y tened la opaca licencia para la hazaña,
ya que de nosotros hará certeza el olvido
cuando un mínimo renglón se anude a una oscura nube perpetua.
Cada espina; un momento, una oclusión,
un eco de silencio para cubrir el olor de la sangre en las sienes.
Cada púa; pétalos de Inanna en su séptima puerta,
interiores estiletes soportando la quietud.
Corona de agujas obstruyendo al exterior su territorio oculto y custodiado,
Cada ápice; ritmo de victorias, batalladores indignos.
Cada vértice; esquirlas en ataúdes de frases conclusas y
pese a todo, estar.
Levantad nombres, soñad mitos.
Estad entonces con la voracidad del mañana.
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