jueves, 23 de febrero de 2017

VÉRTEBRAS DE TIEMPO I, 2017


ALIMENTO DEL OLVIDO III
Saber que irse es sin rastro ni sombra,
aunque se hubieran batallado las posiciones con rotundidad,
disputándole al camino la cordura.
Aunque se le robara al trayecto el viaje y la odisea escribiese el regreso.
Aunque se le hubiera guerreado al mar los oleajes de desventura,
llevando el blanco como estandarte y el luto como desánimo.

Saber que las treguas contra el mito quedarán
abandonadas en infértiles posturas yacentes.
Que el orondo ulular de los territorios habitados
se perderá en las silentes bocas, náufragas de la palabra.
Que huérfanos serán los espejos de reflejos de vanidad,
vencidos por imágenes en santuarios profanados.

Saber del recorrido errático de destino estéril,
sin haber llegado al recodo imposible de pernoctar,
sin la ebriedad del descenso, sin pliegues, sin conclusiones,
sin que en las yemas temblasen los colores,
ni se ordenase con caos el espacio,
apenas secreteando la rutina.

Saber cómo alimentará el olvido nuestras vértebras,
cómo leves en anécdotas purificarán el ambiente familiar,
ganarán unas horas todas las voces y las lágrimas,
un tiempo serán testigo de ofrendas y plegarias. Eternamente,
hacinarán tibios almacenes donde varará la infinitud del olvido.
                                                                     


VÉRTEBRAS DE TIEMPO I 2017. Cerámica, esmaltes, madera, hilo de seda y algodón. Medidas 98 x 100x 10 cm

viernes, 17 de febrero de 2017

RELICARIOS DE LA MATERIA I ,II y III, 2017

(...)Saber del recorrido errático de destino estéril,
sin haber llegado al recodo imposible de pernoctar,
sin la ebriedad del descenso, sin pliegues, sin conclusiones,
sin que en las yemas temblasen los colores,
ni se ordenase con caos el espacio,
apenas secreteando la rutina(...)

martes, 7 de febrero de 2017

VÉRTEBRAS: CACHEIRA



ALIMENTO DEL OLVIDO II
Saber  que los nombres quedarán cerrados en la boca,
y que irse es, sin rastro ni sombra,
aunque se haya peleado al aire toda la intensidad de la inocencia.

Saber cómo el aire derruido atará el designio
y que toda la violencia del mundo se derramará sin precipitación,
aunque algo tan ínfimo hubiera batido contra los sueños,
aunque nacieran alegrías inconfesas en los labios que no se dejaron prosperar.

Saber cómo será vivir el anonimato eterno de nuestro nombre
cuando el pájaro abatido en la tierra negra arrastra las vocales,
lo que se roza mañana entre las yemas fue el infértil sacrificio
cuando en el vértigo  había distancia.

Saber cómo alimentará el olvido nuestros huesos
condenados a la mudez del porvenir silbado por silencios,
inertes gladiadores de la gloria, triunfadores del anonimato.
Breves. Breves en historias sin capítulos,
impelidos a agolparse en los arrabales de la desmemoria.

Saber que Nunca será ya para siempre. Un aparente lugar lejano,
pospuesto aunque se graznara su comienzo,
indolente estercolero de futuros que agolpará las vértebras contra la tierra,
y la espesura de las palabras se licuará en un enmudecimiento espeso y continuo.
Eyaculación de olvido