miércoles, 16 de septiembre de 2020

HOGAR, DULCE HOGAR: FLORES DEL MAL

HOGAR, DULCE HOGAR, II
Abandona la ciudad, están con ella los lobos,
los ojos ávidos entre taludes de silencio,
concéntricos van expandiendo la huida
entre los lodos rojos que lloran los suelos.
Escucha la noche deglutiendo el infinito silencio estelar,
comiéndose con rencor el tiempo.
Deja atrás el sueño en la periferia infernal
de adoración mística a dioses corrompidos por un sonido roncal.
Secretean los lobos en lenta prosodia de un séquito que la vela,
mientras la noche que escucha pare sones
de renglones crípticos que el alba devora,
cuando el alba deja de ser un lugar para la fe.

HOGAR, DULCE HOGAR: FLORES DEL MAL. Cerámica, esmalte e hilo de seda. Medidas 90/23 x 26 x 18 cm.

domingo, 13 de septiembre de 2020

HOGAR, DULCE HOGAR: CONEXIÓN

HOGAR, DULCE HOGAR, I


(...)Entra en la ciudad, los lobos danzan sus pasos,
lamen la intemperie en las encrucijadas,
olfatean los tobillos y aúllan.
Aúllan pájaros negros como cenizas sonoras,
silencios construidos como muros de regueros,
como algodones, infiernos que levantan el alba con rubor,
apariencias derramadas como ramilletes de fiebre,
como témpanos, sueños de futuro y encajes.



HOGAR, DULCE HOGAR: CONEXIÓN. Cerámica, plástico y pintura. Medidas 30 x 30 x 25 cm

domingo, 6 de septiembre de 2020

HOGAR, DULCE HOGAR: MEMORIA

 HOGAR, DULCE HOGAR I

Sale a la ciudad, están con ella los lobos,
bate un miedo íntimo en la piel.
Habla mil voces, ningún grito. Manso humo de aliento.
Viste el cuerpo de limpio,
lleva puesto todos los errores del mundo
y las venas hinchadas de urgencia.

Entra en la ciudad, los lobos danzan sus pasos,
lamen la intemperie en las encrucijadas,
olfatean los tobillos y aúllan.
Aúllan pájaros negros como cenizas sonoras,
silencios construidos como muros de regueros,
como algodones, infiernos que levantan el alba con rubor,
apariencias derramadas como ramilletes de fiebre,
como témpanos, sueños de futuro y encajes.
Aúllan a los hogares sin lechos; a llantos de lechos corrompidos,
a atrancadas entradas; a barricadas de entregas;
a los indolentes comidos de invierno tras el cristal.

Los anacoretas urden planes de huida.
Los sabios empujan la puerta entreabierta al templo,
los lobos protegiéndole, ululan una voz más que la concluye.
Un mar y un cielo se circundan en grises,
amanece, eterno, determinante.
Regresa a la torre.


HOGAR, DULCE HOGAR: CEREBRO. Gres, cuerda. Medidas 80/22 x 12 x 20 cm