lunes, 30 de junio de 2014

CORONA II 2014


Levantad nombres que serán desmemoria,

soñad mitos y tened la opaca licencia para la hazaña,
ya que de nosotros hará certeza el olvido
cuando un mínimo renglón se anude a una oscura nube perpetua.

Cada espina; un momento, una oclusión,
un eco de silencio para cubrir el olor de la sangre en las sienes.
Cada púa; pétalos de Inanna en su séptima puerta,
interiores estiletes soportando la quietud.
Corona de agujas obstruyendo al exterior su territorio oculto y custodiado,
Cada ápice; ritmo de  victorias, batalladores indignos.
Cada vértice; esquirlas en ataúdes de frases conclusas y
pese a todo, estar.

Levantad nombres, soñad mitos.
Estad entonces con la voracidad del mañana.



martes, 17 de junio de 2014

RELICARIO DE LA MATERIA IV 2014

Alimento del olvido; carne de dolor ayer, polvo mañana.
exigua colección ósea cosida fugazmente a la memoria de algunos,
estatuarias cicatrices que serán mudez.
Viajes inamovibles, divergencias en los vértices de miradas,
palmas desiertas, vacías yemas que mundos moraron y sangraron.
Perpetuo ulular del silencio; eternos pobladores de lo infinito,
desprendimientos de la materia que un instante aparecen anudados a la imagen.
Restos óseos de la humanidad en la caverna,
sujetos con hebras de sangre  enmarañadas,
apretados nudos que ligan a la realidad.
Proceso de nacimiento, agolpamiento y cenizas.
Vértebras del tiempo que olvido yacerán.
Posibilidades inagotables para el fin que a todos reúne.

martes, 3 de junio de 2014

ÁFRICA IV. FRONTERA 2014


África errabunda al norte pernocta fronteras de sal.
África cosida a plomo, fragmentos de lápiz.
África monotonía del drama.
África en tu frente la ingenuidad del creyente del  paraíso Norte.

Ven y harás de mi casa el cementerio, mortaja el oscuro estrecho.
Ven, en esta tierra prometida los desiertos son extensiones fértiles al iris.
Ven y harás de mi mar la fosa donde los cuerpos conquistarán las simas abisales.
Ven, busca en la línea fronteriza la sacudida naufragada de la salinidad.
Ven. Entrégame pupilas y las guardaré donde se pierde la cordura,
en la dimensión densa que obliga a las palabras a silenciarse porque romperían el aire.
Donde los opuestos están tan próximos que se excluyen las mismas intensidades de espacios y tiempos.
Donde no hay promesas, tan solo destellos fulgentes que desgarran pasados aventurándose con ahoras.

Ven. Entrégame sonrisas para que culmine esta extensión, donde se arrebata al infierno el dolor.
Entrégame pasos que te orientan hasta mi centro donde te desposeerás de ti misma.
Aquí donde vas a desgastar la verdad de tanto palparla
y la huida te conducirá siempre a mi abandono.
Desilusión del vencido.