martes, 27 de enero de 2015

PUERTAS PARA INANNA II 2015


"Descenso de Inanna a los infiernos" ( Literatura Sumeria)
"Entonces Ereshkigal amarró el ojo de la muerte sobre Inanna.
Mi hija anhelaba el Gran Arriba.
Inanna anhelaba el Gran Abajo.
Aquélla quien recibe los me del inframundo no regresa.
Aquélla quien va a la Ciudad Sombría allá se queda".

Partía del fin del mundo, demasiadas fronteras caminadas,
inmolando en cada límite la conciencia
porque el tiempo lo llevaba entre las yemas como el viento.
No le urgía la vida mientras era dominio del abismo,
la quietud le mudaba el concepto desviándolo a lo inapelable.
En el fin del mundo no existía la búsqueda de la sensación perdida,
tampoco inquirir al ayer si fue tan trágico,
ni si los indicios eran perfectos engaños
deviniendo esa momentánea sensación de sosiego.
Escuchaba los sonidos salpicándole la boca,
ecos intrusos de los sueños, lentamente decantándose,
esparciéndose en ese trágico fondo de infierno.
En el lugar del fin las palabras se perdieron en otras fosas,
las simas asolaron los matices
y la duda, que llegaba haciendo tiritar el instante se detuvo,
engulléndose a sí misma.


sábado, 24 de enero de 2015

EL ESPIRAL SUEÑO DE LA MATERIA IV 2015

PERNOCTANDO EL ROCE DE LA PERFECCIÓN DEL SUEÑO,
MIENTRAS ANTES SE LLEGA AL SILENCIO Y SE LE CANTA
CON LA UNDOSA VOZ QUE CAMINA EL DESIERTO,
EN UNA INEXTINGUIBLE LLAMA QUE TRASLADA UN FINGIDO MONÓTONO PAISAJE.
MECIÉNDOSE EN SONIDOS UNÍSONOS DEL ULULAR DE LA CALMA.
EN ESA PERIFERIA SONÁMBULA CIMENTÁNDOSE
DONDE LA SECUENCIA ES EL TODO DE LA NADA Y
LA NADA LA DESCOMPOSICIÓN DE LA MATERIA PLÁCIDA.
HURGANDO TÍMIDAMENTE EL PASADO TAN YERMO
PARA RESUCITAR DE UN VIENTO PROFANADO,
EN UN INFECUNDO TEMPLO GALOPADO DE OSCURAS HAZAÑAS,
DE TODAS LAS ESCARAMUZAS PERDIDAS,
DE PÚRPURAS INVIERNOS QUE HEREDAN NEGROS INVIERNOS  
HUECOS DEL DELIRIO. ROTA. AMORFA MATERIA
QUE CONTUVO EL AYER Y EL MAÑANA ATRAVESADOS POR ANÉCDOTAS.


viernes, 16 de enero de 2015

CORONA III 2015


Levantad nombres que serán desmemoria,

soñad mitos y tened la opaca licencia para la hazaña!
ya que de nosotros hará certeza el olvido
cuando un mínimo renglón se anude a una oscura nube perpetua.

Cada espina; un momento, una oclusión,
un eco de silencio para cubrir el olor de la sangre en las sienes.
Cada púa; pétalos de Inanna en su séptima puerta,
interiores estiletes soportando la quietud.
Corona de agujas obstruyendo al exterior su territorio oculto y custodiado.
Cada ápice; ritmo de  victorias, batalladores indignos.
Cada vértice; esquirlas en ataúdes de frases conclusas y
pese a todo, estad!.

Levantad nombres, soñad mitos!
Estad entonces con la voracidad del mañana!




viernes, 2 de enero de 2015

BESTIA EN EL TEMPLO III 2015

BESTIA EN EL TEMPLO I
Llegaron los sabios y se les vio reír,
llegaron los sacerdotes y silenciaron tus palabras,
llegaron los hombres y algunos fueron poseídos por la codicia,
llegaron las mujeres mirando tu ojo y murmuraron,
llegaron los niños y no entendían,
y llegaron por fin los proscritos y te besaron.
En el templo tú no sabías, no obstante, aparecieron palabras púrpuras en tu boca
mientras las paredes rezumaban angustias seculares, sudando inquietudes primigenias.
Te expulsan, repelen tu presencia,
paladean cada dolor y cada palabra transida de dolor,

han visto en tus visiones que llevabas en tus iris a La Bestia incrustada,
gestando en tu garganta el canto iniciático.
Temieron tu voz apoyada en verbo,
agitando los muros que emanaban terrores ancestrales,
agrietando las frases que soportaban los cimientos,
el vértigo posado en las tapias que exudan pesadillas primitivas,

buscaste encerrada entre los párpados, bien adentro,casi oculta, la presencia,
llegando al centro mismo de tu ojo, hallando el centro mismo de tu ser.

Bestia va caminando el recorrido del hastío y del dolor,

la cabeza en sucesivas negaciones fuertemente la blande hacia las paredes
que transpiran historias milenarias de venganza,
lacera sus párpados para alcanzar la ceguera
y cada cicatriz se hace llaga en las palabras.

Bestia, que nunca perteneció al templo,
desatendió cuando llegaron aquellos que habitaban las tinieblas.
No fueron torpes, habían levantado los muros con sus hedores
y puritanos ocultaban la sangre de voluntades raptadas,
vestían lo oscuro, lo verdaderamente siniestro,
en los pliegues reservaban sus hazañas y conquistas
y en sus movimientos se vio que llevaban mutilada el alma,

mostrando en la mirada órbitas de desprecio,

pactando con los demonios el juego, la misma heredad del mal.

BESTIA DESTERRADA II

Bestia llevas la cabeza erguida portando el estigma del hundimiento,
ya el tiempo te prestará postizos mientras sigue eyaculando el silencio.
Huye, pese a que te supuren los recuerdos,
retírate del templo donde su último habitante dirige la última letra del infierno,
apacigua tus ojos hasta la repudia aunque muestren cicatrices que ofenden sueños
y arrastres en ellos un ataúd de recuerdos arrancados de la oscuridad de la Tierra.

Engéndrate. Centra el latido. Créate hasta denostar los nombres.
Tu lucha será el principio, las soledades sus combates.
No vaciles el último paso, deposita allí mismo tu iris engañado,
reconócete penitente de la nada y gana el camino que heredarán tus anhelos,
persigue otro confín carente de bordes, golpea allí otro mundo con tus yemas.
Regresa a la guarida, refugia allí tu aliento,
esculpe a brutales cinceladas la intangible realidad de tu ser.


BESTIA, TRÁNSITO Y DESTINO .III
No saber fue el destino de su viaje aunque conocer pareciera el fin,
la frecuencia inaudible era lo que persistía.
El tránsito era un no lugar, una frontera sin determinar,
el avance y el retroceso (la calma no se alimenta en la ruta).
La Tierra era la destrucción. La Tierra: lo único prohibido.
El páramo era el tránsito que silenciando los nombres no pudo contenerlos,
plegando su boca abasteciendo, íntimamente, siempre adentro.

Necesita impregnar el destino, marcar su territorio,
si ellos la pisan que reconozcan el olor de su furor.

Necesita dominar el abismo para reconocerlos cuando entren,
acechar la línea discontinua que la amaestró.

Necesita dejarse conquistar por una horda de futuros inciertos,
acunarse en un tiempo no combatido,
vaciar sus noches, desmemoriar sus días
y reinventar todos los instantes de los universos perdidos.

Necesita mostrarse con la frente destapada, sin pudor la letanía que perfora su piel.
Necesita reconocer en su cuerpo el ángulo del desierto en las entrañas replegadas.
Necesita reservar sarcófagos de palabras. Nada le nace ya,
únicamente lo yermo parece triunfar. La nada avanza entre sus dientes.
Necesita, en el ocaso, desprender de sus fauces toda la humanidad.

Medidas 22 x 29 x 30 cm