Alimento del olvido; carne de dolor ayer, polvo mañana.
exigua colección ósea cosida fugazmente a la memoria de algunos,
estatuarias cicatrices que serán mudez.
Viajes inamovibles, divergencias en los vértices de miradas,
palmas desiertas, vacías yemas que mundos moraron y sangraron.
Perpetuo ulular del silencio; eternos pobladores de lo infinito,
desprendimientos de la materia que un instante aparecen anudados a la imagen.
Restos óseos de la humanidad en la caverna,
sujetos con hebras de sangre enmarañadas,
apretados nudos que ligan a la realidad.
Proceso de nacimiento, agolpamiento y cenizas.
Vértebras del tiempo que olvido yacerán.
Posibilidades inagotables para el fin que a todos reúne.
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