domingo, 30 de octubre de 2016

OJOS VELADOS, MINIATURAS II, 2016

OJOS VELADOS II, TEXTO II
(...)Cuando ese territorio de allá es la región donde posponer los sueños
y de los pasados se repiten, monocordes, los presentes.
Cuando de frontera de cinismo y de mares de sangre no se contrae la pupila,
entonces, entonces, la Bestia domada subyuga el Templo con salmos de derrota(...)

viernes, 28 de octubre de 2016

RELICARIO DE LA MATERIA III, 2016


ALIMENTO DEL OLVIDO II
(...)Saber cómo será vivir el anonimato eterno de nuestro nombre
cuando el pájaro abatido en la tierra negra arrastra las vocales,
lo que se roza mañana entre las yemas fue el infértil sacrificio
cuando en el vértigo  había distancia(...)

lunes, 24 de octubre de 2016

GILGAMESH X, 2016


POEMA DE GILGAMESH (Literatura Sumeria .Versión paleobabilónica, fragmento Meissner, tablilla X)
“Gilgamesh, ¿por qué vagas de un lado para otro?
La Vida que persigues no la encontrarás jamás.
Cuando los dioses crearon la Humanidad,
asignaron la muerte para esa Humanidad,
pero ellos retuvieron entre sus manos la Vida.
En cuanto a ti, Gilgamesh, llena tu vientre,
vive alegre día y noche,
que tus vestidos sean inmaculados,
lávate la cabeza, báñate,
atiende al niño que te tome de la mano,
deleita a tu mujer, abrazada contra ti.
¡Tal es el destino de la Humanidad!”

Memoria de alquitrán fueron palabras de perfiles sentados imposibles,
futuros convexos de perímetros hilvanados sin sucesos.
Partir sin que se aprecie la fuga, levantando un haz de inviernos letales
sutilmente encadenados al rancio deseo de pervivir,
ingrávida losa en la boca de las palabras cinceladoras de unos labios casi ajenos.
Hay quien Gilgamesh. Hay quien Enkidu.
Dónde el dios? Dónde el hombre?

MEDIDAS 25 x 16.5 x 9 cm

viernes, 21 de octubre de 2016

GILGAMESH VIII y IX, 2016

POEMA DE GILGAMESH (Literatura Sumeria .Versión paleobabilónica, fragmento Meissner, tablilla X)

(...)“Gilgamesh, ¿por qué vagas de un lado para otro?
La Vida que persigues no la encontrarás jamás(...)

Memoria de alquitrán fueron palabras de perfiles sentados imposibles,
futuros convexos de perímetros hilvanados sin sucesos.
Partir sin que se aprecie la fuga, levantando un haz de inviernos letales
sutilmente encadenados al rancio deseo de pervivir,
ingrávida losa en la boca de las palabras cinceladoras de unos labios casi ajenos.
Hay quien Gilgamesh. Hay quien Enkidu.
Dónde el dios? Dónde el hombre?


jueves, 20 de octubre de 2016

OJOS VELADOS, MINIATURA I, 2016

OJOS VELADOS, TEXTO II
Cuando vástagos de la penumbra disfrazan en luminiscencia su opaco iris
y enredan pestañas anudadas a ritos de paredes milenarias.
Cuando ojos varados en el silencio de la espera de deseo de esquina móvil
y pupilas que al amanecer piden otra luz, de otro sol, de otros mundos.
Cuando en urnas de recuerdo se atesoran ficticios momentos concluyéndose los ritmos
y de la llama se hace agua oculta, rutinas de ecos, tránsitos inciertos, máculas heredadas.
Cuando la vida escoge el aullido sordo de no poder devorarla
y de todas sus quimeras selecciona la infausta posesión del tiempo.
Cuando la nada letal esparce ácida el viaje, no indivisa pero exhausta,
aún cuando se adose a sí misma quedará la carne acanalada.
Cuando el destello de venganza recorre penumbras de siglos
y la nostalgia vence las visiones de los días.
Cuando, un instante, se refleja en el espejo la propia supervivencia caníbal
y se extirpa lo real vislumbrándose dioses y demonios, sin creer ya en el hombre.
Cuando ese territorio de allá es la región donde posponer los sueños
y de los pasados se repiten, monocordes, los presentes.
Cuando de frontera de cinismo y de mares de sangre no se contrae la pupila,
entonces, entonces, la Bestia domada subyuga el Templo con salmos de derrota.

sábado, 15 de octubre de 2016

ACOPLAMIENTOS, DEL I AL VIII, 2016


Cuando en el vértice de una esquina languidece la indiferencia y en el otro no hay preguntas.
Cuando al alba amanecen labios agostados que no humedecen verbos y el eco ya no teje la prosodia.
Cuando las palabras se desclavan de la memoria y, de la llama, el rescoldo de la pira.
Cuando los sonidos no copulan con las frases y se eyacula el mutismo, la voz secuestrada por lápida y mortaja.
Cuando aglomeraciones de silencios copan estrechos el aire y de las huellas los indicios son monstruos.
Cuando el nombre no eclosiona rotundo las vocales, ni sacude con la desidia de fonemas gastados.
Cuando ya no se pondera lo eterno, el vértigo se fuga de la noche y se protege el reflejo de un espejo herido.
Cuando se intuye que las palmas se hallarán vacías y que la pureza entorpece el aliento.
Cuando se sabe que la salinidad anegará el sueño y que nos habita un cuerpo y no un alma.
Cuando ayer fue enredado en penumbras que subían vientres hacinadores de los recuerdos, en la locura estática de un ritual elegíaco,
sombra de la palabra al agotamiento de la espera, un lento tiempo detenido.
Cuando el fuego ya no transforma la cimbreante inquietud de la atmósfera.
Cuando de lo pasado no queda apenas más que un latido y se desgaja la oscura infancia.
Cuando un intangible espacio organiza el miedo y apenas sucede más que el tiempo,
porque ya no hay dioses ni héroes que confundan infierno y magia,


entonces, entonces... cegamos y zurcimos los ojos para no oler el mal.