HOGAR, DULCE HOGAR III
Desaparecieron. Fue suficiente.
El mar sostenía el pudor del presagio,
con un incienso mortecino, que el sol descomponía
en falsas luces de la historia.
Los campos resbalaban hacia un cielo de hormigón,
con raíces putrefactas en bosques anegados,
ahogándole la voz y la palabra.
Las agujas clavándose en los ecos de los aullidos,
con el cuerpo para coser y coserlo,
perforado a un destino líquido de innominadas.
Fue suficiente. Se recluye en la torre.
MINIHOGAR, JARDÍN DEL MAL I, 2024. Cerámica y esmaltes. 14 X 13 X 13 cm
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