Sale a la ciudad, están con ella
los lobos,
bate un miedo íntimo en la piel.
Habla mil voces, ningún grito. Manso humo de aliento.
Habla mil voces, ningún grito. Manso humo de aliento.
Viste el cuerpo de limpio,
lleva puesto todos los errores del
mundo
y las venas hinchadas de urgencia.
Entra en la ciudad, los lobos danzan sus pasos,
lamen la intemperie en las
encrucijadas,
olfatean los tobillos y aúllan.
Aúllan pájaros negros como cenizas
sonoras,
silencios construidos como muros de
regueros,
como algodones, infiernos que levantan
el alba con rubor,
apariencias derramadas como ramilletes
de fiebre,
como témpanos, sueños de futuro y
encajes.
Aúllan a los hogares sin lechos; a
llantos de lechos corrompidos,
a atrancadas entradas; a barricadas de
entregas;
a los indolentes, comidos de invierno
tras el cristal.
Los anacoretas urden planes de huida.
Los sabios empujan la puerta
entreabierta al templo,
los lobos protegiéndole, ululan una voz más que la concluye.
Un mar y un cielo se circundan en
grises,
amanece, eterno, determinante.
PÁJAROS NEGROS, 2020. Poliestireno, plumas y perlé de algodón. Medidas 23/75 x 17 x 15 cm
No hay comentarios:
Publicar un comentario