lunes, 20 de marzo de 2017

FRONTERA EUROPA V, 2017

FRONTERA EUROPA
La frontera era yo.
Yo portuaria. Yo Caronte. Yo llave del regreso.
Meciéndome en albas cansinas y llegando a ser maestra de ceremonias.
Palpando en mis límites que la frontera era yo y la exigua extensión de la voz
cuando susurro que no hay mundos que puedan pronunciarse al unísono.
La frontera era yo circunvalada de tiempo,
llevando mi lugar cercado entre paralelos de senectud,
cuando no intuyo, al menos, cómo me nombran los ecos de los sueños,
cuando no recuerdo cómo baten la atmósfera las súplicas de quien insiste.
Sí, la sofocan, la queman, la agotan sin indignidad.

La frontera era yo constreñidamente agostada,
de realidad de hiel y escarcha. Brutalidad asumida. Síncope, inflexión, letargo.
La frontera era la boca, mi nombre original de mugido y equívoco,
cultivador de la urgencia y de la ofensa, sólido para entierros.
La frontera era yo en lentos azules, vejez sobre vejez de letales arrugas del alma,
espacio abastecido, enemiga de mi materia y de mi límite.
Aquiescencia del odre que me envuelve.
Yo era la frontera donde batir el drama,
era yo el límite de la premura,
yo el extremo del delirio,
yo misma el término.

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