BABEL
Así éramos. Puros. Pensando que podíamos
con el rugir de nuestras voces,
cuando ese rugido entreabierto a los sentidos es la voz,
que, siempre hermoso y maldito el eco, engendraríamos la tierra.
No ser de atrás, ni regresar con palabras muertas en la boca,
palpitarlas entre la saliva y el futuro.
Después caminamos los muros en un caos fonético que latía guerra,
Caminábamos lentos hacia un no lugar
que encerraba los cánticos tribales de tono tántrico,
la periferia venía incluida en la voz.
Caminábamos hacia la batalla del silencio apretando los labios,
levantando fronteras, socavando cimientos.
En el último clamor de la noche,
vuelven a rugir los estertores cansinos del sonido sin fin.
BABEL CELDA, 2025. Cartón, cerámica y madera. Medidas 44 x 25 x 25 cm.
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