HOGAR, DULCE HOGAR, III Desaparecieron. Fue suficiente. El mar sostenía el pudor del presagio, con un incienso mortecino, que el sol descomponía en falsas luces de la historia. Los campos resbalaban hacia un cielo de hormigón, con las raíces putrefactas en los bosques anegados, ahogándole la voz y la palabra. Las agujas clavándose en los ecos de los aullidos, con el cuerpo para coser y coserlo, perforado a un destino líquido de innominadas.
Fue suficiente. Se recluye en la torre.
HOGAR, DULCE HOGAR: CASITA DE MUÑECAS. Gres, hilo y juguetes. Medidas 75 x 18 x 11 cm
No hay comentarios:
Publicar un comentario