HOGAR, DULCE HOGAR II
lunes, 30 de diciembre de 2024
DULCE HOGAR: EL BONITO FUTURO QUE SEREMOS, 2024
LOS LOBOS
(...)Aúllan a los hogares sin lechos; a llantos de lechos corrompidos,a atrancadas entradas; a barricadas de entregas;a los indolentes comidos de invierno tras el cristal(...)
EL BONITO FUTURO QUE SEREMOS, CORAZÓN TRASPASADO, 2024
Vas al encuentro de la hora infecunda que absorbió toda la eternidad,
como quien habla tierra y derrama los ecos de la ciudad,
como quien tiene sueños que no llenan las venas de urgencia
ni se registran, ni miden deseos o alaridos.
Vas al encuentro del espacio con la letanía de la consecución del tiempo,
como quien presta lugares donde guarecerse
mientras se pasea el infierno con tanta duda ardiente,
como quien recorre la ruta del lecho perdido,
un lienzo inútil, ondeándolo como sudario.
EL BONITO FUTURO QUE SEREMOS VII, 2024
Vas al encuentro de la hora infecunda que absorbió toda la eternidad,
como quien habla tierra y derrama los ecos de la ciudad,
como quien tiene sueños que no llenan las venas de urgencia
ni se registran, ni miden deseos o alaridos.
Vas al encuentro del espacio con la letanía de la consecución del tiempo,
como quien presta lugares donde guarecerse
mientras se pasea el infierno con tanta duda ardiente,
como quien recorre la ruta del lecho perdido,
un lienzo inútil, ondeándolo como sudario.
lunes, 16 de diciembre de 2024
BALEIRANDO O EDÉN IX, 2024
BALEIRANDO O EDÉN II
Que nadie te diga cómo, entre las flores,
el primigenio olor del plástico,
seminal del siglo, corrupción de los verdes
en campos de polímeros monocromos,
mímesis los colores enrejados en jardines ficticios,
como sucedáneos de edenes vaciados,
cuando una luna postiza ilumina los ángulos
del escuálido árbol redentor de las letras,
con palabras que aprenden monosílabos,
sobornos de ecos crepusculares entre púrpuras,
como memoria de fotografías,
como evocación de un sol
que no recorre los mismos bosques,
fantasmales sombras calcinadas.
Que nadie te diga que
podrás posarte en la canícula suspendida
porque tendrás las plantas arañadas por las fisuras de la tierra
y dejarás un níveo rastro de desierto,
una estrechez de pasos,
una insistencia en fronteras circundadas,
una exigua marcha hacia la nada
en carreteras que nunca serán rutas,
cuando la floresta se vence infestada de alquitrán
en horizontes corrompidos por celdas de hormigón,
como panales dulcificados con mieles de promesas,
como zumbidos de repetición
en horas vigiladas de la vigilia urgente.
Al unísono, todos, todos, todos,
el primigenio olor del plástico,
seminal del siglo, corrupción de los verdes
en campos de polímeros monocromos,
mímesis los colores enrejados en jardines ficticios,
como sucedáneos de edenes vaciados,
cuando una luna postiza ilumina los ángulos
del escuálido árbol redentor de las letras,
con palabras que aprenden monosílabos,
sobornos de ecos crepusculares entre púrpuras,
como memoria de fotografías,
como evocación de un sol
que no recorre los mismos bosques,
fantasmales sombras calcinadas.
Que nadie te diga que
podrás posarte en la canícula suspendida
porque tendrás las plantas arañadas por las fisuras de la tierra
y dejarás un níveo rastro de desierto,
una estrechez de pasos,
una insistencia en fronteras circundadas,
una exigua marcha hacia la nada
en carreteras que nunca serán rutas,
cuando la floresta se vence infestada de alquitrán
en horizontes corrompidos por celdas de hormigón,
como panales dulcificados con mieles de promesas,
como zumbidos de repetición
en horas vigiladas de la vigilia urgente.
Al unísono, todos, todos, todos,
los mismos sueños.
BALEIRANDO O EDÉN IX, 2024. Cerámica, esmalte, madera e hilos. Medidas 13 x 12 x 4 cm